ESCEPTICA

A qué punto habré llegado... Vago, hago, miro y sobretodo saludo diariamente a ese demonio que habita en mí. Receta de una bruja, lo hago todo. Velas blancas encendidas, el dulce olor del incienso, un baño en agua salada. Espero. Luna creciente, parece ser importante. ¿Tarot? ¿Hechizos? ¿Conjuros?
Nada tengo que perder.
Los químicos no han podido con este habitante jamás invitado, nunca bienvenido.
Urgente un salvavidas.
Urgente un salvamuerte.
Urgente un respiro.
Una luz permanente.
Una luz.

HIJO DE LADRON

Recuerdo pocas cosas de aquel libro de Manuel Rojas. Lo leí hace muchísimos años ya. Más algo en particular me tocó el alma y lo recuerdo de cuando en cuando.
Este hombre deambulaba por las playas de Valparaíso recogiendo comida, zapatos, lo que fuera. Fué tomado preso, enfermo, muy enfermo... y dijo algo así: qué fácil es seguir con vida. Basta respirar. O al revés, qué difícil es morir, basta respirar para mantenerse con vida.

Lo recuerdo esta noche porque he sido declarada persona non grata. No es novedad. Lo sé hace mucho tiempo, y así, hace mucho tiempo voy tras la muerte escurridiza. Qué dificil es morir.

Qué difícil es morir

HACER, HACER, HACER, HACER

Sigo con lo mismo, lo siento. Aburriré a muchos de los pocos que leen este blogger.
Debo subir, bajar, ir y venir, hacer, hacer. Llenar mis espacios de millones de nimiedades para no caer en un chorro de lágrimas.
Escucho al antiguo y clásico Boy Dylan, la música electrónica me entristece.
¿Dónde están todos?
Ya se le va a pasar. Siempre es igual. Consuelo pobre aunque bien intencionado.
Voy a salir caminando, sin rumbo fijo. Y cuando se me rompan los zapatos me sentaré en la vereda para morir.

MARIPOSAS EN LA CABEZA

IDENTIDAD

Al lado de mi casa maestros de la construcción afanan. Rien, bromean, trabajan.
Escuchan Rancheras.
Entre toda esta bulla, se me viene a la cabeza un ensayo de Historia; autor, mi hijo. Identidad Latinoamericana. Globalización.
Quiero citar...

"nuestro sujeto se despierta en una cama hecha según un modelo originado en el cercano oriente, pero modificado en la Europa del norte. (...) Al levantarse, se calza unas sandalias de tipo especial, llamadas mocasines, inventadas por los indios de Norteamérica y se dirige al baño, cuyos muebles son una mezcla de inventos europeos y americanos, (...) se asea con jabón, inventado por los galos; luego se rasura, rito masoquista que parece haber tenido origen en Sumeria o en el antiguo Egipto.

Linton, Estudio del Hombre

¿QUÉ SOMOS EL DÍA DE HOY? ME PARECE QUE LA MEJOR RESPUESTA ES EL SILENCIO.

DESCONSUELO

Una contradicción me corroe el el alma como un ácaro hambriento. Sufro. Sufro por lo que hay y por lo que no hay. Por lo que es y por lo que no es.

Sufro por la pobreza. Por los zapatos rotos. Los mocos colgando. Los jornaleros. Por el hombre que pega ladrillos al lado de mi casa y al terminar el día se va a una pieza donde vive de allegado junto a su familia.

Tengo un pesar que no cede. Tengo un pesar antiguo. Tengo un pesar que ya es parte de mi.

Me averguenza tener dos dormitorios desocupados cuando hay personas, seres humanos, durmiendo apiñados por doquier.

Por mientras divago... elijo un bonito par de jeans para ir a dar una vuelta al Mall.
Contradicciones. Me voy a una toma. Soy comunista.
Tampoco.

Mujer de alma partida en mil pedazos.

No soy nadie. Nada. Sólo un estómago apretado día y noche.

VORAGINE

En los momentos de soledad, soy un torbellino. Haciendo una y otra cosa compulsivamete.
De esta forma, no me veo ni me siento.
Sin embargo, llega la hora final. Termina la vorágine. Y obstinado, el terror de enfrentarse a la persona que uno es, o que no es, no nos da descanso. No queremos, o no quiero, reconocerne. Duele. Todo duele.
Y esto de encontrarse cara a cara con el enemigo que es uno mismo, produce pavor.
Ahora, sola con mi existencia, espero un ángel me salve de la tragedia que significa un minuto de silencio, un minuto de solaz, en que inevitablemente tendré que mirar mi vida, mi alma, mi color, mis logros, mis caídas, mis trampas...
Adivino que uno camina muy rápido... para huir de su propia intimidad : pobre, mediocre, asustado, incapaz de dilucidar los misterios de su existencia.
Entonces, los afortunados se dirigen a Dios. Los menos, vagan perdidos por las noches eternas esperando el nuevo día para llenarlo del ajetreo que felizmente impide pensar, sentir, llorar, amar.