DOLORES

Divagando como siempre... existen muchos tipos de sufrimiento. El propio. El ajeno. El colectivo. Una lista eterna. Pero me pregunto porqué. ¿Es que el ser humano tiene vocación para el sufrimiento?
Por ahí me dijo una amiga dolorosa que yo tenía vocación para el dolor. Que estaba bien. Que era mi razón de ser. De sentirme viva. De tener la vocación de crear.
¿Quién me habrá maldecido con esta enervante vocación?
Ya no me quedan lágrimas, y mi estómago apenas se contrae. Pero camino por ahí con la cabeza gacha, anestesiando mis sentidos, nublando los ojos para que pare esta pesadilla.
Para variar, no entiendo nada.

MUERTE

No lo puedo soportar, menos entender, menos superar. Mi corazón se encoje ante la cruda realidad. No es solamente esta muerte. Son todas las muertes. Todas las que vienen. Todas las que fueron.
Todo lo miro con el dolor de la certeza de que acabará. Todas las vidas me duelen pues se extinguirán irremediablemente.
Eliana dice que su padre se fué al cielo.
Yo digo que inventamos el cielo para no asumir la muerte absoluta, perpetua.
Hermoso sueño. Hermoso engaño.
No creo nada.
Sólo acaricio a mi perra mientras una lágrima negra cae por mi mejilla.