DESCONSUELO

Una contradicción me corroe el el alma como un ácaro hambriento. Sufro. Sufro por lo que hay y por lo que no hay. Por lo que es y por lo que no es.

Sufro por la pobreza. Por los zapatos rotos. Los mocos colgando. Los jornaleros. Por el hombre que pega ladrillos al lado de mi casa y al terminar el día se va a una pieza donde vive de allegado junto a su familia.

Tengo un pesar que no cede. Tengo un pesar antiguo. Tengo un pesar que ya es parte de mi.

Me averguenza tener dos dormitorios desocupados cuando hay personas, seres humanos, durmiendo apiñados por doquier.

Por mientras divago... elijo un bonito par de jeans para ir a dar una vuelta al Mall.
Contradicciones. Me voy a una toma. Soy comunista.
Tampoco.

Mujer de alma partida en mil pedazos.

No soy nadie. Nada. Sólo un estómago apretado día y noche.