NERUDA EN ISLA NEGRA

Día domingo. Hora y media desde Concón a Isla Negra. La casa del poeta. Un día gris perfecto. Muchas sorpresas, verguenzas, y por supuesto, bellezas enclaustradas tras vitrinas cansadas de tanto limpriavidrios. Por dónde empiezo? Las palabras se me atascan y con demasiada prisa y desorden quieren contarlo todo. Cafetería con guitarrista entonando algo Ambient... suave para el alma. Música extranjera. Quién habrá concluído que Don Pablo escuchaba aquella música norteamericana? Error.
Tienda de souvenirs, esa palabra, souvenirs, intuyo es francesa. Souvenirs. En todo sitio turistico. Para que el hombre recuerde dónde estuvo, para que ponga el cenicerito de $15.000.- en un lugar visible a fin de que no quepa la menor duda de que es culto y amante de la poesía, cuando lo más seguro es que no haya pasado del poema XV, leído por obligación en la escuela, perdón, colegio. Y aquí va el primer punto...(la cosa es larga). La casa de Don Pablo, en Isla Negra, es visitada por gente de cierto poder económico, por grupos de colegios particulares que pueden solventar el precio de la entrada (aunque puede que ofrezcan un "combo" a los niños de la Escuela E-125, de la Pintana) Mmm, les cabe duda? En fin, y aquí termino, se nos vino Gringolandia encima. No dejo de llorar pensando que la gente se pasea sin respeto ni pudor por el dormitorio donde durmieran e hicieran el amor, Don Pablo y la Sra. Matilde.
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